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Foto del escritorFer Pal

El miedo

Si tuviera que apostar todo a una razón por la que la humanidad está en la situación que está, no tendría duda en apostar por el miedo. Obviamente hay más factores que influyen pero creo que en gran medida, nuestra sociedad sigue en pañales porque no hemos aprendido bien a gestionar el miedo.


Para poder hablar del miedo primero debemos saber qué es exactamente. "El miedo es una emoción muy primitiva que está íntimamente relacionada con nuestro instinto de supervivencia." Así de fácil.

El miedo cumple una función biológica que es alertarnos de cualquier peligro y reaccionar con rapidez y agilidad para salvar nuestra vida. Es lo que podemos llamar una "emoción refleja". Este comportamiento lo podemos ver tanto en humanos como en animales. Si un animal tiene miedo reacciona de forma refleja, y su respuesta puede ir desde la huida hasta el ataque frontal con toda su determinación. Los humanos actuamos exactamente igual en muchísimas ocasiones, la diferencia con los animales es que nosotros tenemos la capacidad potencial de gestionar el miedo de una forma mucho más racional y responder ante él de una mejor forma. Esto es gracias a nuestro intelecto.


Todo ser humano sabe que es el miedo. Todos hemos tenido miedo a la oscuridad cuando éramos niños, o hemos experimentado miedo al ver una película de terror. Según vamos creciendo aparecen miedos a otras cosas, pero la naturaleza del miedo sigue siendo la misma. Es un mecanismo de alerta para proteger nuestra vida. El miedo no es ni bueno ni malo. Lo que si es tremendamente perjudicial es que el miedo te domine, que sea totalmente irracional y que anule tu capacidad de pensar para responder de forma inteligente cuando aparece. El miedo es una emoción que, cuando está fuera de control, nos limita enormemente nuestra vida pero que si aprendemos a gestionarlo se convierte en un gran aliado para nuestro desarrollo personal. El miedo siempre esconde algo detrás para hacernos crecer y generalmente cuando aparece el miedo es mejor enfrenarlo. El mejor antídoto contra el miedo es la valentía.



Al observar la sociedad de nuestros días, vemos que el miedo es un parámetro que marca la tendencia de comportamiento global. Los sistemas de poder usan el miedo para manipular a la sociedad, y esto sucede en todos los niveles de la misma: los padres con el hijo, el profesor con el alumno, el jefe con el subordinado, etc... Los humanos usamos de forma consciente e inconsciente la inducción al miedo para tener más poder sobre el prójimo. Esto elevado a una dimensión global, se convierte en un arma tremendamente poderosa para aquellos que lo inducen, y algo muy peligroso para la sociedad. A lo largo de la historia, la política del miedo ha sido usada a lo largo y ancho del planeta, generalmente a través del uso de la violencia. Hoy en día, la cosa es más sofisticada y se utilizan otro tipo de artimañas para inducir el miedo y generar patrones de comportamiento en la sociedad. Debido a la conexión global a través de internet y los medios de comunicación, el miedo se contagia de forma viral, y esto permite a los sistemas de poder llevar al gran rebaño donde ellos quieran


Mi opinión personal es que, si de verdad quieres vivir con más libertad, debes aprender a gestionar el miedo. Hay que dejar de alimentar el miedo. Hay que dejar de asumir los miedos que tienen otros y que proyectan sobre ti: Tu padre, tu madre, tu profesor, tu jefe, la televisión, el periódico, el médico y hasta el vecino de enfrente. Hay que entender el miedo como un maestro, y no como un freno. Enfrentarse a él y preguntarle por qué aparece, que lección nos viene a dar. Si por el contrario dejamos que este irracional miedo nos bloquee, viviremos toda nuestra vida condicionados y no podremos abrirnos a la verdadera esencia de vivir. Para finalizar con esta entrada del blog, me gustaría contarte una anécdota. Hace unos años tuve un accidente con mi coche. Andaba de viaje por las montañas de Perú y en una curva perdí el control de mi pick up y caí por una ladera dando vueltas de campana. El coche quedó completamente destrozado y nos salvamos gracias que tenía barras anti vuelco. Bien, durante el accidente no experimenté miedo. El miedo y las dudas aparecieron al día siguiente. Sin embargo, la experiencia y la ausencia de miedo en el momento más crítico me hizo ver con claridad, que carece de sentido vivir la vida con miedo. Porque el mayor miedo que podemos tener es a la muerte, y la muerte es algo que nos llega a todos y que no podemos saber cuándo. Vivir con miedo es morir en vida.


Abrazo

Fer




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